¡Hostia! Tanto rollo con la inteligencia artificial y aquí seguimos teniendo que levantarnos a las cinco de la mañana para ordeñar a las cabras. Me descojono cada vez que veo a los jóvenes de hoy flipando con esas máquinas que dicen que son más listas que nosotros. Pues a ver si esa inteligencia artificial viene a cuidarme el huerto o a traerme el pan del pueblo. Esto de las máquinas es una gilipollez de las grandes. Ya me lo decía mi abuelo: "Zagal, usa la cabeza, que el barullo de las ciudades te atonta". Y tenía razón. Antes, con una mula y sentido común, se iba más lejos que ahora con internet y chismes modernos.
Hay que ver la de verdades que uno se encuentra mientras cuida del campo. Aquí, el amigo, Manolo el del campo, sabe bien que no hace falta tanta parafernalia para vivir bien. La vida rural te enseña cosas que ni todos los algoritmos juntos pueden comprender. La verdad como un puño es que las cosas malas no las arreglan las máquinas. Una buena charla, una botella de vino y reírse de vez en cuando del humor bruto de la vida es lo que nos mantiene cuerdos. Vosotros dale bien al coco antes de fiaros de un cacharro que igual te prepara un vídeo con películas personalizadas pero no te da un abrazo cuando más lo necesitas. Pero si estás interesado en probar la última gilipollez tecnológica, echadle un ojo al Crea tu Vídeo | IA Personalizada por 0,99€. A ver si al menos os hace reír un rato.
En fin, aquí os dejo mis pensamientos que me enciendo más que una traca en fiesta. Vamos sin pelos en la lengua, a lo bruto, no como dice la tele. Al final, las cosas de Manolo no se hacen solas, y eso, queridos amigos, es una verdad que ni la tecnología puede discutir.